Qué
descansada vida la del que huye del mundanal ruido y qué cantidad de problemas
de conexión a internet trae la vida bucólica. Espero no tener más problemas en
los próximos días, pero si es así, que sepas que sigo por ahí. Incomunicado,
pero por ahí.
Beirut,
1972. Un diplomático, su familia, un conflicto diplomático, un atentado
terrorista. El diplomático, 10 años después, trabaja en Estados Unidos para el
sector privado. Y entonces recibe una oferta que no puede rechazar para que
regrese a Líbano. En el centro de todo: el terrorista que planeó los atentados
de Munich y un espía americano.
La
película logra mostrar el guirigay en que se convirtió Líbano con una trama de
espías no demasiado compleja. Un punto para el guionista. Ese mundo de alianzas
cambiantes, estrategias globales e intereses personales está bien llevado.
Está
bien desarrollado el prólogo en el Beirut de 1972, sentando las bases para lo
que ocurrirá después. Jon Hamm, Rosamund Pike y Mark
Pellegrino dan vida a unos personajes estereotipados pero consiguen aportar
ciertos toques de personalidad.
No
es una gran película pero se deja ver con agrado, discurre a buen ritmo y tiene
algo que contar más allá del mero entretenimiento. Realista, sin fantasmadas.
Me
gustaba más el título original: Beirut.
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