Sí,
sí. Legion es otra cosa, es
otra liga, es otra forma de hacer series, es para coger el capítulo y analizar
globalmente su estructura y gramática, es seleccionar luego cada escena y
estudiarla a fondo, es detenerse después en cada plano y estudiar su simbología
y sentido.
Sólo
un ejemplo. El comienzo del 2x02. Un tiovivo (vueltas y vueltas) y en primer
plano la piruleta de espirales (vueltas y vueltas) que lame Aubrey Plaza
y una conversación con trampa que se desarrolla en un plano no real. Giros
helicoidales en ese estado onírico en los que se mueve la serie continuamente.
Y
esos bailes y los planos cenitales girados 45º y los colores y esas
arquitecturas y los castañeteos de dientes y los cambios de formato de pantalla
y las chicas-robot con bigote y el efecto nocebo y la Orden Mi-Go y el desagüe del
desierto con su gigantesco tapón rosa y el videoclip del 2x11 y ese humor (ah,
Kerry descubriendo por primera vez la fisiología digestiva final)… No, no. No
es para público amplio. Es para paladear, una chuche de alta cocina, una
golosina de alto octanaje.
2x04.
El capítulo de Syd. Rara vez puedes encontrar un episodio tan extrañamente
poético.
Siempre
te sorprenden con alguna nueva locura. Y por eso no se dice Previously sino Apparently. ¿Y qué me dices de ese momento en que comparan la
caverna de Platón con los teléfonos móviles?
Sí.
Esto es correr riesgos con los superhéroes, no la bobada de Vengadores: Infinity War. A Noah
Hawley le dijeron que podía hacer lo que quisiera y lo ha hecho. Si te
gusta, bien. Si no, hasta otra. Ha usado a un superhéroe como excusa para dar
salida a sus caprichos.
La
narración, ciertamente, apenas avanza. Es verdad que se podría haber contado
todo en tres capítulos. Si quieres argumento, déjalo. A Hawley le da
igual el argumento. A mí también. Me basta el deleite visual. Aunque supongo
que no es así para la mayoría. Que a veces el surrealismo sea excesivo es un
precio que pago a gusto por todo lo demás. Como con Twin Peaks.
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