Es
una bobadita como otras muchas pero hay que reconocerle el riesgo: mezclar el
género de catástrofes naturales con el género de atracos. Y salir relativamente
bien parados.
Digo
relativamente porque es cierto que la inverosimilitud se adueña de la pantalla
en muchos momentos y te tomas a chacota cosas (esos tapacubos, por favor) que
los responsables se tomaban en serio. Bueno. Imagino que tampoco muy en serio.
La
idea es robar, de un edificio federal, 600 millones de billetes usados que van
a ser destruidos. Y hacerlo mientras la madre de todos los huracanes sacude la
zona.
En
20 minutos presenta a los ladrones, los militares, los meteorólogos… Y luego
acción. Entre lo que destroza el huracán y lo que desguazan ellos no queda cosa
con cosa.
Aunque
la peli sea del montón y no te diga mucho, tendrás que admitir que el vehículo
del meteorólogo mola un montón.
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