-Me
habría encantado conocerlo en mis días de Vietnam, coronel. Uno habría muerto y
el otro estaría preso.
Diciembre
de 2003. Tres amigos, veteranos de Vietnam, se reúnen cuando el hijo de uno de
ellos muere en Bagdad.
Bryan Cranston,
Laurence Fishburne y Steve Carell. La película son sus interpretaciones. Trabajan
muy bien, cada uno con su peculiar carácter, con las heridas que ha dejado la
vida, con el pasado de cosas buenas y malas que arrastran.
Pero
es una peli muy flojita de Linklater porque ni él sabe muy bien qué
quiere contar. Hay una contradicción interna en ese espíritu americano de
servir al país en una guerra que nadie entiende. Antes Vietnam, ahora Irak…
Cada generación tiene la suya. Y otra contradicción entre el orgullo y la vergüenza.
Linklater quiere explorar eso pero no llega a ninguna parte.
Los
tres actores sostienen durante dos horas un guión sin mucho fuste. Se deja ver,
pero no aporta mucho.
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