Admito
que nunca logré encontrar el interés a esta saga. La mejor noticia es que, con
esta entrega, se termina. O eso dicen.
La
primera parte tuvo ciertos momentos buenos, pero no entendí que aquello diese
para más. Así que, cuando llegó la segunda, se convirtió, desde mi perspectiva,
en una película estiramiento, una mera superación de pruebas sin sentido
porque, ya puestos, podía haber cuatro o cinco películas más, todas iguales.
Y,
ahora, al fin, el fin.
Como
me daba igual el cómo y el porqué de todo lo anterior, había olvidado lo que
pasaba y ya ni recordaba muy bien quién era quién y qué roles desempeñaban.
Pero da igual. Es una peli con acción bien rodada, todo son carreras y tiros
desde el primer segundo, con jovenzuelos de esos que hay que imaginar que son
más jovenzuelos de lo que realmente son y con personalidades bien definida: el
rubio, la morena, el del pelo algo más largo… No hace falta entrar en más
psicologías.
Me
quedo con ese tiroteo a lo bestia en las calles de la ciudad con lanzacohetes y
toda la pesca. La verdad es que sí está muy bien planificada.
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