13/12/17

La casa de papel

-Una nunca sabe a ciencia cierta cómo es un ángel de la guarda. Y lo que menos te puedes imaginar es que aparezca en un Seat Ibiza. Del 92.
No puedo decir que me enganchara a tope y, de hecho, no la seguí con continuidad. Pero, al igual que El Ministerio del Tiempo, es una serie necesaria. Es imprescindible que se hagan series así en España.
Por supuesto todo es muy rocambolesco, pero eso entra en las reglas del juego. Lo negativo se puede enfocar en que debió ampliar las subtramas hacia los medios de comunicación, la opinión pública, la embajada británica. Debió alejarse de gran parte de las historias de los secuestradores, que tampoco son muy buenas. Habría ganado en colmillo crítico, en incidencia social.
Pero está bien realizada, sin prejuicios en las escenas de acción (oportunas y de buen nivel) y con algunas ideas muy brillantes.
Los dos personajes más palurdos e impresentables son el director del CNI y el director de la Fábrica de Moneda y Timbre. Tal y como funciona este país parece adecuado. Los políticos suelen tener debilidad por colocar a esa clase de imbéciles en puestos así.
Un plan forjado al milímetro, incluso contando con los imprevistos. Pero la naturaleza humana tiene imprevistos dentro de los imprevistos. ¡Ay, el amor!
Buen final, estupendo desarrollo de su segunda temporada (o de la segunda parte de la primera, lo que sea) y una planificación dinámica. Hay cierta descompensación en las interpretaciones, cosa demasiado habitual en las series españolas.
-Me cago en Spider-Man.

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