Director:
Agustín Díaz Yanes. Guionista: Arturo Pérez-Reverte. Conclusión:
ya sabes de qué va y como acaba. Alatriste
en América. Igual de pobre en medios, en producción, en imaginación.
Oro cuenta las obsesiones de Pérez-Reverte y Díaz
Yanes. Que no tienen nada que ver con la verdadera historia. Ellos tienen
el concepto de que España es una mierda pero que es admirable, precisamente, por ser una mierda. En todas las épocas. Desde el hombre de
Atapuerca a la actualidad. Y eso no es hacer historia. Eso es proyectar la
interioridad personal sobre algo muy complicado.
Así
que, en cuanto a mensaje, nada nuevo que no supiéramos. Pero lo grave es que,
teniendo buen reparto, los actores no puedan hacer nada. Porque la cosa no da
para más. Cuando eres tan reduccionista en tus ideas, te vuelves repetitivo,
mecánico, rutinario. Selva, pelea, selva, reyerta, selva, bofetadas. Una
historia de celos (muy simple) para que haya algo más.
Esperas
épica y tragedia. Sales con la sensación de haber visto una cosa bastante
cargante. Esperas algo bueno y ni siquiera es regular. Es mala.
La
fotografía sí es buena. Los pósteres también.
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