7/10/17

Blader Runner 2049

-¿Por qué querría alguien tener un árbol muerto?
La crítica americana se excedió de nuevo al calificarla de obra maestra. Pero hay que reconocer que es una gran película. Yo me conformaba con que no fuese una chapuza y resultó ser mucho más de lo que me esperaba.
Villeneuve vuelve a demostrar su enorme fuerza visual, la potencia de su planificación, lo impactante de su puesta en escena. Hay secuencias realmente hipnóticas.
La película original a mucha gente le pareció lenta. Yo nunca la vi así. Me pareció un tempo muy adecuado a lo que se quería contar. Esa languidez indolente era precisa y adecuada. La nueva Blade Runner trata de seguir ese tono, pero a veces sí es lenta. Sólo a veces, porque sí que engancha. Pero si esperas sopapos incesantes debes saber que no hay muchos (relativamente) en las 2 horas y 45 minutos. Ahí sí se le ha ido la mano.
Ana de Armas se ha apoderado de un papel que es un joyita, la compañera holo-virtual de Ryan Gosling. Y ella lo interpreta muy bien, construye una Joi interesante y con mucha presencia.
Villeneuve añade más elementos de debate más allá de la ingeniería genética. Más elementos pero no más profundidad ni más poder de sugerencia. Por eso no es una obra maestra. Sí acierta en lo que es, para mí, lo mejor: a la búsqueda de Rick Deckard se le añade otra investigación en paralelo que da mucho juego. La búsqueda de Deckard se transforma, en realidad, en la búsqueda del alma, el deseo de ser algo más que esclavos.
Mi escena favorita: la entrevista con la creadora de recuerdos.
Temí que destrozaran Blade Runner y temí que Villeneuve se llevara su primer batacazo. Pero no. Es muy satisfactoria. La música trata de emular la de Vangelis y ahí sí que no hay nada que hacer. La diferencia entre un unicornio y un caballo.
Y además está Robin Wright.

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