No
he leído las novelas. Los fans están indignados porque, según dicen, cualquier
parecido con la obra literaria es pura coincidencia. Pero a mí eso me da igual.
Ahora
bien. Está claro que algo que empezó queriendo ser una serie que sustituyera a Juego de Tronos, que se transformó
en una saga de películas y que terminó siendo una sola, implica que ha tenido
muchos problemas de por medio.
Lo
que queda es una aventura con algo de terror para adolescentes. Si se mira
desde esta óptica, la película se deja ver. Pero cualquier ambición de drama,
de oscuro suspense, de épica, de algún nivel de profundidad, está completamente
muerto. No hay aquí nada de eso.
Idris Elba y Matthew
McConaughey son dos actores como la copa de un pino. Enfrentados a muerte
(el bueno, el malo) hacen que el entretenimiento sea muy llevadero. La
condensación de un montón de tramas hace que el ritmo sea imparable. Demasiado.
Hay tantas cosas por minuto que no producen ningún impacto y no se profundiza en ellas.
Nikolaj Arcel es el encargado de
rodar este marrón. Teniendo todo en cuenta creo que no lo hace mal. O hace con
solvencia lo que puede. Fans de Stephen King: abstenerse. Para
adolescentes está bien.
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