-Si
alguien toca a la princesa Devasena, estará tocando el filo de la espada de
Baahubali.
Devasena.
Una princesa sin pelos en la lengua que se convertirá en el centro de la lucha
del reino de Mazhilmadhi entre el heredero Baahuvali y las maquinaciones de su
hermano Bhallaladeva.
Sigue
la tónica de la primera parte pero más a lo bestia en todos los sentidos, para
lo bueno y para lo malo. La historia es buena. La forma de contarlo, en muchas
ocasiones, extremadamente hortera. Tiene sus bailes y sus canciones, tiene su
preciosismo cursi y tiene ese tufillo ñoño difícil de soportar para un
occidental.
Pero
también te digo esto: Hollywood tiene mucho que aprender de sus espectaculares
escenas de acción, de su imaginación y originalidad. Sean peleas cuerpo a
cuerpo, sean batallas o sea la fantasía comiquera más loca. Lo que quieran. Y esas escenas de
masas y esos colores también son encomiables. Ya quisieran, eso que llaman
superproducciones, tener una cuarta parte de la calidad de esta película.
Tremendamente
irregular, al menos para los gustos occidentales. Unas cosas las ves lleno de
espanto y otras con asombro.
A
veces las dos cosas al mismo tiempo.
Entre
ambas películas te salen 5 horitas (y 4 minutos) de nada. Tómatelo con calma,
acepta sus desmanes achacándolos a tu ignorancia sobre cine indio y disfruta de
las partes buenas.
Ah,
sí: tienen el detalle de señalarte los momentos en los que toca hacer un
descanso.
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