Vincent Downs es un
poli corrupto, la ha pifiado la noche anterior, su mujer ha pedido el divorcio,
secuestran a su hijo y una detective de asuntos internos le tiene en el foco.
Tiene muy poco margen para maniobrar y salvar todas esas situaciones. Pero esos
25 kilos de coca que mangó van a multiplicar las repercusiones.
Ah, sí. Downs se está
desangrando poco a poco.
Una más de acción que
no aporta nada nuevo. A su favor juega la hora y media de duración y que va al
grano sin pérdidas de tiempo. El ritmo es bueno. Pero pasa una cosa con la que
yo tengo bastantes prejuicios: los re-secuestros. Desde que en 24 secuestraban a la hija de Bauer
dos veces en un día, me producen alergia. Aquí es más rápido todavía.
Pero, en fin, es una
peli para entretener un rato y supongo que cumple decentemente. Todo es
demasiado rocambolesco y con tramas cruzadas inverosímiles, pero supongo que
nadie venía a ver a Dreyer, así que…
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