14/5/17

Le llamaban Jeeg Robot

Menuda peli. Arriesgada en muchos sentidos. En todos los sentidos. Un atrevimiento que se sale de cualquier esquema.
Vamos a lo genérico: es como mezclar Gomorra y Spider-man. Hacer algo de superhéroes en Italia ya es apostar fuerte.
Un delincuente infectado por residuos radiactivos adquiere súper-poderes. Lo interesante es que no se trata de una parodia. Es realista, sucia, sórdida, brutal. Hay escenas realmente bestias. El director no cede ni un instante en su estilo de decadencia y cochambre, no se deja arrastrar por esquemas de Hollywood.
El delincuente aprovecha los poderes para delinquir. Pero hay una chica loca que tiene mucho que decir. Un personaje que, en sus delirios de princesa otaku, conecta con el anime japonés.
Una mezcla de géneros alucinante que, contra todo pronóstico, no chirría para nada. Descoloca, sí, pero funciona perfectamente.
Una película insólita, realmente lograda y que basta para asegurar que hay que seguir los futuros trabajos de Gabriele Mainetti.

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