-Tenías razón. Sus
escenas son como una puñetera descarga eléctrica.
La serie sobre Bette
Davis (brutalmente directa) y Joan Crawford (brutalmente sibilina) comienza
destacando que no hubo rivalidad como la suya. Curioso, porque el segundo
personaje en aparecer es Olivia de Havilland (Catherine Zeta-Jones)
cuya rivalidad con su hermana Joan Fontaine fue aún mayor.
Hay buen ojo para la
estética y la planificación. Pero falta trabajarse los secundarios. Jessica
Lange y Susan Sarandon, perfectísimas las dos. Pero los secundarios
son un destrozo, como si el objetivo fuese ensañarse con ellos. Marilyn
Monroe no hablaba así, Hedda Hooper no era amanerada, Robert
Aldrich no carecía de carácter… Son todos personajes tratados con dos
brochazos gordos.
Para un cinéfilo la
serie es una delicia. La he disfrutado mucho. Me temo que al común de los
mortales se le hará algo pesado tanto detalle minucioso en la reconstrucción de
la historia. Hay que estar situado con el ambiente del cine en los años 60, los
cambios que se producían, quién era quién, los conflictos de los estudios y las
nuevas tendencias que comenzaban a surgir. Si no sabes mucho de eso,
probablemente encontrarás que le falta ritmo. Aunque mejora conforme avanza,
especialmente tras el 1x03, cuando termina el rodaje de la peli y empieza en
serio el juego sucio.
Me lo he pasado en
grande, pero esa liviandad con los secundarios no la hace plenamente
satisfactoria.
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