Hay muchísimas cosas
buenas en esta película.
En primer lugar el modo
en que Pablo Larrain dirige, la estructura que le da a su película.
Desde el asesinato de JFK hasta el funeral. Unos pocos días para contar
una biografía. Una entrevista con un periodista es el centro de la narración.
En segundo lugar está
ese esfuerzo sincero por penetrar en la interioridad de Jackie, en
expresar su dolor. Unos pocos interlocutores que la escuchan: el periodista, Bobby
Kennedy, un sacerdote, Nancy Tuckerman. Respectivamente: Billy
Crudup, Peter Sarsgaard, John Hurt, Greta Gerwig.
Y en tercer lugar una Natalie
Portman inmensa, mimética, portentosamente identificada con su personaje.
Ha calado a fondo en Jackie. Realmente la humaniza, la hace persona, la
aleja del mito. Hay una búsqueda del ser humano, no de la Primera Dama, no de
la hagiografía montada por y sobre los Kennedy.
Un biopic de esos
que merecen la pena. Sin los clichés habituales de Hollywood, sin dejarse
tentar por la pura comercialidad.
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