El proceso es el
siguiente. Donald Glover era el colega inseparable de Abed en Community.
No parecía tener muchas luces, pero estaba bien interpretado. Donald Glover
dejó la serie para meterse a escribir el guión de su propia serie y producirla.
Como Donald Glover
nos caía bien a todos, le seguimos la pista y estábamos encantados de saber más
sobre su propio proyecto. Al menos yo lo estaba, de acuerdo. Dejaré el plural
mayestático para ir al singular.
Seguí el proyecto,
estuve pendiente. Pero resulta que el chaval se decanta por una serie sobre
Atlanta, con el telón de fondo de un cantante emergente de rap, problemas
raciales y jóvenes inadaptados.
Nada que me interesara.
Cero. Como si me habla de las dificultades del cultivo del arroz en la región
de la etnia hui de Ningxia.
Así que lo dejo correr.
Y entonces todo el
mundo habla de ella, los críticos la alaban y le dan un Globo de Oro a la mejor
serie. Toma ya. Resulta que hay que echar un vistazo.
Se lo echo.
Y, oye, igual sí que es
buena y hasta genial. Igual a ti te gusta. Igual. Pero a mí no me dice nada.
Parte Girls, parte The Wire, parte Entourage, partes de partes.
Nada que me interesara.
Cero.
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