-¿Has esquivado las
balas?
-No. Las balas me han
evitado. No puedo ser herida. El universo no lo permite. Hay dos constantes: la
gravedad y yo.
Todd es botones de un
hotel. Un día tendrá un mal día. Primero se encuentra consigo mismo; luego, en
una habitación del hotel un tiburón martillo ha arrancado la cabeza de tres
personas y ha desaparecido; le despiden, le tirotean; su hermana está en
problemas; le sigue el FBI, la CIA, la policía, asesinos… Y, para colmo, se
encuentra con Dirk Gently. Hay dos secuestros, acontecimientos extraños, más
asesinatos… Le toca la lotería. Y el pobre botones está conectado con todo. Y
ni pajolera idea del porqué.
De entre la multitud de
buenos personajes –los polis, los del Black Wing, los Tres Camorristas (que son
4), el gato, el perro, la guardaespaldas de Spring- me quedo con la asesina
holística. Desde su camisa llena de sangre hasta su suciedad pasando por su
forma de conducir. ¡Y sus peinados!
Y qué conversaciones
tan absurdamente imaginativas, tan estúpidamente ingeniosas. Y qué situaciones
tan rocambolescas. Adoro esas pelis y series que son capaces de crear una
situación novedosa, un ambiente novedoso, perspectivas diferentes.
Bastante distinta a la inglesa que se estrenó hace unos años.
La mejor serie que se
ha estrenado este año. Junto con Stranger
Things, claro.
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