-Tienes que entrar.
Un grupo de amigos,
mientras cena, recuerda que en 1988, durante dos meses, se emitió en televisión
Candle Cove. Un programa de
marionetas supuestamente para niños pero que era terrorífico. Katie, la hija del
sheriff, dice que acaba de verlo.
Cuando el psicólogo
infantil Mike dice que los niños no deben ver la tele, lo dice muy en serio.
Muy, muy en serio.
Candle
Cove
tiene un problemilla: su tono independiente y serio, su enfoque del terror como
un drama. A mí no me molesta. Creo que le hace subir algunos puntos. Pero no creo
que el público fiel del terror acepte fácilmente esta apuesta.
Son sólo seis capítulos
pero le sobra alguno. Tiene buenas escenas, momentos surrealistas u oníricos
retorcidos y ese planteamiento tan agresivo en el que niños y abuelas son
quienes se encargan de dispensar muerte.
Muy buen final.
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