Quienes hemos visto Doctor Who conocemos una variante similar: los Ángeles
Llorones. Estatuas de piedra que se mueven cuando no las miras. Un parpadeo y
están más cerca.
Aquí, el monstruo, se llama Diana y se mueve
cuando no hay luz, entre las sombras, los resquicios de las penumbras.
Enciendes la luz y desaparece. Hasta que la vuelves a apagar. Así que mejor no
la apagues. Nunca.
Peli de terror pequeña en metraje, sin
excesivas ambiciones pero eficaz en sus sustos y en el desarrollo. Trama y
personajes se desenvuelven correctamente. Ese ir al grano, sin prolongar las
cosas en exceso, es una virtud que le sienta bastante bien.
A partir de cierto momento sabes cuál será
el final, pero creo que no importa. La tensión está conseguida y Maria Bello
y Teresa Palmer desempeñan su labor con solvencia.
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