Doris tiene 60 años, está soltera y ha
vivido siempre con su madre, cuidando de ella hasta su muerte. Ahora se queda
desesperadamente sola y, cuando un jovenzuelo, compañero de trabajo, tiene
una atención con ella en el ascensor, Doris
se enamora locamente de él.
Qué bien pensado el modo de vestirla. Y esos
dos pares de gafas a la vez. Y empieza a escuchar techno y a cambiar su forma
de vestir y a salir y a ir a conciertos y a conoce gente. Y le ocurren cosas
sorprendentes e inesperadas.
Es una comedia sin muchas complicaciones con
los esquemas habituales pero con un personaje extraordinariamente bien escrito.
Tiene su drama y una aguda penetración en la psicología del personaje. La
entiendes. Una buena mujer que ha sacrificado toda su vida sin recibir jamás
agradecimiento alguno.
Sally Field está inmensa. Una
interpretación memorable.
Muy graciosas las escenas en las que vemos
lo que pasa por la imaginación de Doris.
-Mis padres me llamaron Brooklyn porque les
gusta Woody Allen.
-¿Y por qué no te llamaron Woody Allen?
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