27/8/16

Café Society

-Evitemos perfumarnos de nepotismo.
Hay cosas que no me gustan y cosas que me gustan mucho.
No me gusta que pasen tantas cosas tan deprisa. No me gusta que haya tantos personajes. Los secundarios apenas están definidos o son una mera excusa para introducir tramas que no llevan a ninguna parte. No me gusta la arritmia que todo ello conlleva
Pero aisladamente, aquí y allí, hay escenas magníficas.
Me encanta ese diálogo entre el chico que paga a una prostituta por primera vez y la prostituta que también presta servicio por primera vez. Delirante. Me encanta también ese diálogo sobre la muerte desde una óptica, evidentemente, judía.
-Yo no tengo miedo a morir.
-Porque eres tan estúpido que no te das cuenta de todas las implicaciones.
Me gustan cosas que hace con la cámara y que creo que Woody Allen no había hecho antes. Me gusta esa escena que, repentinamente, queda a la luz de las velas. Me gusta ese matrimonio trasunto de Scott y Zelda Fitzgerald.
Irregular. Hace mucho que Allen es irregular. Es una película agradable pero efímera, tan efímera como su concepción del amor. El amor dura un instante y luego se va.
-Primero asesino y ahora se hace cristiano. No sé qué es peor.

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