Stranger Things. Temporada 1

Si no estabas vivo en la década de los 80, no sabes lo que te perdiste. Las consolas eran elementales y los ordenadores comenzaban a aparecer. Así que todo juego se basaba en la pura imaginación personal y en la interacción con otros chicos. No jugabas solo en tu habitación. Jugabas en la calle, tenías cabañas en las que pasaban cosas alucinantes, la bicicleta era tan esencial como el aire (como un Cadillac para los críos) y los cines estaban poblados con cosas como La princesa prometida, Los Goonies, Indiana Jones, Poltergeist, Cuenta conmigo, E. T., el extraterrestre, Gremlins, Willow, Terminator, Alien y, por supuesto Star Wars. Había series como El gran héroe americano, V, Dungeons & Dragons, la auténtica Battlestar Galáctica… Y descubrimos El hobbit y El señor de los anillos (profusamente citados en la serie).

Bueno. Pues ahora puedes intuir algo de lo que fue aquella época soprendente si te das una vuelta por el pueblo de Hawkins, en el estado de Indiana, allí donde un niño desaparece de modo raro y donde aparece una niña rara llamada 011.

Adoro esta serie. La adoro. Lo mejor de este año. Y no quiero contar mucho porque en Cosas Extrañas pasan muchas cosas extrañas. Y todas ellas maravillosas, terroríficas, emocionantes.

Adoro esta serie, en serio. Lo mejor que nos pudo pasar: un verano ochentero con una serie ochentera en 2016.

Que la contraseña para entrar en la cabaña fuese Radagast, me derritió. Hasta el póster es una delicia.