21/5/16

X-Men: Apocalipsis

Se lo tengo dicho y no me hacen caso. X-Men no es un producto para el cine. Es para una serie. Empezar con los cinco originales e ir creciendo. Sin prisa. Los guiones de las temporadas ya los tienen escritos desde hace 40 años.
Esa multitud de personajes no tiene tiempo de expresarse, de desarrollar su carácter. Apenas apuntan el drama personal de cada uno y ya saltan a otro. Es un barullo, un desbarajuste de acción sin la más mínima profundidad. Un montonín. Y, la acción, reconozcámoslo, a estas alturas del partido, no es que sea muy original.
Se salva, sí, una escena. Esa en la que Quicksilver corretea a velocidades locas salvando a todos los chicos del colegio. Bien pensada y con momentos divertidos. Para eso sirve la cámara lenta.
Esperaba más fuerza en el rescate de Lobezno y, por supuesto, Fénix/Jane no es así. Ofrecen una versión muy aguada de lo que es la auténtica Fénix. Pero eso es lo de menos.
Dinámica pero terriblemente episódica y fragmentada.
Lo repito: ¡UNA SERIE!

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