Un psiquiatra que en ocasiones ve muertos.
Tras la muerte de su hija Peter comienza a ver fantasmas. Sospecha que su
difunta hija es la que le pone en contacto con ellos, guiándole a un turbio
accidente del pasado.
No se puede decir que sea una película
original pero, al menos, está bien contada. Una atmósfera opresiva, ciudades
siempre en lluvia, oscuridad, bosques… El director echa mano de aquí y de allí
para coger todos los elementos que necesita y convertirlos en una amalgama
funcional.
No es terror. Es cine policiaco, de
suspense. Es la investigación de un hombre para descubrir qué ocurrió 20 años
atrás, en una noche en la que presenció cosas que recuerda y otras que no.
No es muy buena, entiendo que haya tardado
un par de años en estrenarse pero, por otra parte, en esos dos años hemos visto
cosas mucho peores. Adrien Brody sigue siendo el número uno poniendo
cara de sufridor trastornado.
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