Maggie Smith.
Otra de esas actrices que desmiente la idea
de que, después de los 40, no tienen futuro. Maggie Smith duplica esa
edad y ahí estamos: acudimos a ver sus películas por el simple placer de
disfrutar de su interpretación.
Una anciana que vive en una furgoneta.
Estaciona ante los jardines de los vecinos de un barrio residencial. Cuando la
echan, va a otro jardín. Hasta que estaciona ante el de un escritor. Y allí se
queda 15 años.
Y así se establece esa relación entre la loca
mendiga católica y el tímido escritor homosexual. Una historia en la que, a su
modo, cada uno de ellos ayuda al otro a dar un sentido a su vida.
Curiosa, atípica. Llena de diálogos
malentendidos y brillantes, tan absurdos como ingeniosos. Me gustó también ese
desdoblamiento del escritor que facilita el desarrollo de la trama, su
pensamiento interno, evitando un exceso de la voz en off.
Una historia mínima bien contada.
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