-Esto es lo de siempre. Aquí la gente abre
la boca para no decir nada.
Una frase que contenga las palabras detective y Galicia, para mí es irresistible. Por eso me leí la novela y por
eso estaba empeñado en ver la peli. No pude verla en el cine porque se estrenó
en pocos lugares.
Es muy difícil conjugar el ritmo de lo
policiaco y la serenidad del costumbrismo. La peli sólo hace bien lo segundo.
Me recuerda a Shetland y
pienso que habría funcionado bien como piloto de una serie.
-¿Sabe si Arias estará en casa?
-Sordo no es.
Está bien el costumbrismo, sí. Las subastas
a las bajas en la lonja, los bares, el vino blanco, el puerto pesquero, las supersticiones,
las puñeteras gaviotas y, sobre todo, ese hablar gallego, ese no saber si suben
o bajan.
Probablemente Carmelo Gómez es el
mejor actor del cine español. En este caso es un inspector campechano y
sencillo de una normalidad absoluta. Le apoya el contraste con su ayudante
aragonés.
-Pero vieron a Castelo salir al mar.
-Lo verían.
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