9/1/16

Joy

En 3 años, O. Rusell ha hecho tres películas con Jennifer Lawrence y Bradley Cooper. Las dos primeras bajo el paraguas de los Weinstein. Los Weinstein tienen a un montón de críticos en el bolsillo así que la primera, una comedia del montón titulada El lado bueno de las cosas, la colocaron en los Oscar. La segunda La gran estafa americana (que es lo que su nombre indica) tuvo la misma suerte. En el resto del mundo, donde los Weinstein no tienen críticos en el bolsillo, miramos las pelis como lo que eran.
Ahora, la tercera, sin los Weinstein, muestra lo que es realmente: una pequeña tontería entretenida, sin más. O mejor dicho: una historia interesante, como las anteriores, que O. Rusell reconvierte a un entretenimiento agradable pero flojito.
Es la historia de una chica con mucho ojo para inventar cosas y patentar las que son buenas. La fregona ensamblada auto-exprimible fue el comienzo. Una historia sobre una mujer que se hace a sí misma y llega a ser una gran empresaria. Buscar un tono de comedia para narrarlo es un error enorme.
He sentido gran curiosidad por Joy y su vida. No porque la peli esté bien hecha sino por lo contrario. Secundarios sin personalidad, clichés, tramas poco creíbles… Ya digo que se deja ver con facilidad pero debió ser mucho mejor. Había un gran potencial detrás.
Es el momento en que Jennifer Lawrence salga corriendo de la órbita de O. Rusell.

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