James Franco y Kate Hudson
tienen un montón de deudas. Sus planes de traslado a Inglaterra no funcionaron
como esperaban. Así que, cuando el vecino muere y encuentran más de 200.000
libras escondidas, no se lo piensan mucho.
Un policía y dos bandas de narcotraficantes
se interesan por ese dinero.
Una película tremendamente inverosímil,
inconsecuente. La forma en que se desarrollan los hechos, a base de
coincidencias y caprichos, hace que la historia pierda cualquier interés.
¿Por qué la gente se interesa en el dinero
sólo cuando el dueño ha muerto? ¿Por qué sospechar de nuestros chicos cuando el
dinero puede tenerlo la poli o cualquiera de las bandas rivales? ¿Puede haber
otra manera más torpe de que el poli descubra el dinero?
Estas sólo son las incoherencias más graves,
pero hay otras muchas. Da igual que a los protagonistas les apoyen Tom
Wilkinson y Omar Sy. Es un desperdicio de reparto e incluso sus 80
minutos de duración se hacen largos.
Suspenso.
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