En un capítulo de Longmire hablaban sobre los ciudadanos americanos de origen
japonés que fueron internados en campos durante la II Guerra Mundial. Little Boy habla, entre otras cosas,
de esa injusticia.
Es un cuento. Sentimental, bonito,
sugerente. Alejandro Monteverde sube muchos puntos como cineasta. Bella era exageradamente didáctica e
ideológica. En Little Boy
sigue manteniendo sus ideas pero expresadas de un modo mucho más inteligente,
sin didactismos.
Little Boy es un niño pequeño cuyo padre ha
desaparecido en la guerra. Pequeño como la mostaza que es necesaria para que su
padre vuelva vivo a casa. Genial la escena del terremoto y la de la bomba
atómica.
Está lograda la dinámica de relaciones entre
Hashimoto, el cura (simpático Tom Wilkinson) y Little Boy. Y muy bien Emily
Watson como la madre.
Un cuentecillo con su toque mágico muy en la
línea de Frank Capra, aunque sin la maestría de éste para cuidar mejor a
los personajes secundarios.
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