7/11/15

La promesa

Se queda muy cortita, la verdad.
Patrice Leconte, evidentemente, quedó fascinado por la novela de Stefan Zweig, pero el sentido profundo se le escapa a chorros, o quizá no ha sabido trasladarlo. Es muy difícil trasladar a imagen la sutilidad de Zweig: el paso del tiempo, la nostalgia, el fin de una época, los bruscos cambios del siglo XX y, a la vez, la relación de un triángulo amoroso que es tanto metáfora como núcleo de la historia.
Alan Rickman (mientras le veía eché mucho de menos a Severus Snape) hace un gran trabajo y Rebecca Hall sabe transmitir esa mezcla de pasión y relación platónica. El tercero en discordia, Richard Madden, no tiene muy claro de qué iba la peli.
Buenos diálogos, un poquito cursi y excelente ambientación de época, pero cansa su ritmo pausado y sobran muchas escenas. La del jardín nevado es la que más evoca el espíritu de Zweig, pero realmente le falta fuerza.

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