Otro western sucio y mezquino, áspero y
seco. Tommy Lee Jones dirige de forma despiadada con una fotografía
terrosa. La trama está llena de gente extrema y desquiciada, a veces al borde
de lo onírico, con frecuencia muy desagradable.
En ese ambiente tan duro, tres mujeres en
Nebraska han perdido la razón. Otra mujer se ofrece a llevarlas de regreso con
sus familias hasta Iowa. Un largo viaje de cinco semanas.
El paisaje vuelva a ser metáfora para
describir el alma de los protagonistas, el paso de una tierra infernal a otra
de esperanza. Tal vez de la locura pueda surgir la razón, un resquicio de
esperanza o, al menos, la redención para alguien. Sólo tal vez.
De nuevo, como dije en Slow West si te gusta el western
clásico, abstente. Hay que tener cierto estómago para ver Deuda de honor. No sé: quizá Tommy
Lee Jones andaba con indigestión esos días y veía las cosas negras. Muy
negras.
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