Marc es inspector de hacienda, tiene ataques
de pánico y busca alivio saltando de mujer en mujer. O quizá eso es lo que le
provoca ataques de pánico. Conoce a Sylvie pero falla en la cita por uno de
esos ataques. Después conoce a Sophie y se casa con ella. Pero hay una conexión
entre Sylvie y Sophie que Marc conocerá demasiado tarde.
Ya ves que es un argumento muy francés. Una
de esas relaciones triangulares que no suelen conducir a nada porque los
franceses, en estas situaciones, eluden el aspecto dramático. La vida sigue y
ya está.
Cinematográficamente tiene buenos puntos. Un
montaje que avanza a saltos dejando que el espectador rellene huecos, detalles
como el de Sylvie y Sophie usando el mismo gesto para forzar la sonrisa, el
modo de prolongar el suspense.
Y también está bien el trabajo de Benoit
Poelvoorde, Charlotte Gainsbourg, Chiara Mastroianni y Catherine
Deneuve.
Nada nuevo desde el punto de vista
argumental (el final es de una asepsia indolora decepcionante) y un poquito
original en su forma.
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