Él, muy alto; ella, más bien baja. Él,
calmado, tranquilo, pendiente de los detalles, de poner la mesa, de prestar
atención a la comida, se altera cuando oye la palabra asesinato. Ella, activa,
imparable, lleva las maletas, busca líos, se relame los labios cuando oye la
palabra asesinato. Tuppence y Thomas. El matrimonio Beresford.
Me gusta por su afán deliberadamente
desmesurado de ofrecer la mayor exactitud posible a los relatos de Agatha
Christie. Sólo ese empeño en reflejar los tópicos, ya tiene un puntín
cómico. Y no me gusta por la misma razón. Parece que estuviésemos leyendo el
libro y que la serie debiera durar los mismos minutos que la lectura. Lenta en
demasiadas ocasiones.
Como serie policiaca no vale mucho, pero la química
entre los dos intérpretes es muy simpática.
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