Sí, sí, sí, por favor.
Alicia Florrick y Louis Canning juntos. Sí,
por favor. Sin más mareos ni revueltas ni circularidad. Sí, por favor.
Porque esta sexta temporada ha tenido
bastantes problemas de circularidad, de que ocurren muchas cosas para que al
final no pase nada. No sé si es esa manía de la no-evolución de los personajes
que tienen muchas series. En realidad creo que han estado un poquito torpes.
Ese chiste de Wallace Shaun (cada
vez que vengo esto tiene un nombre distinto) es demasiado cierto.
Circular en irse del despacho para volver al
despacho y circular en la inútil y extensa trama de las elecciones a fiscal
(que además no estuvo bien llevada). En el camino perdemos a personajes
buenísimos Kalinda (¿guardaespaldas del hijo de Lemond Bishop?, ¿en serio?,
¿tan forzado?), perdimos a Robyn que un día era una detective con mucho
potencial y al siguiente no supimos más de ella. A cambio tuvimos personajes
potenciados sin interés: Finn Polmar como posible amante de Alicia (y un tío
sosímo) o David Lee (que sí, es un cínico genial, pero ya lo hemos visto todo
de él).
Me sigue pareciendo buena serie, la verdad.
Pero problemas internos y problemas de guión han hecho de esta temporada algo
muy irregular, una montaña rusa con poquita emoción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario