27/5/15

The Eichmann Show

La película cuenta las dificultades para el rodaje del juicio de Eichmann.
Dificultades iniciales para conseguir los permisos, amenazas, un atentado fallido, roces entre productor y director y, sobre todo, la competencia: en ese mismo momento Gagarin daba vueltas por el espacio y Bahía de Cochinos elevaba la Guerra Fría a su grado más alto.
La cuestión de fondo es que el productor (Milton Fruchtman) quiere hacer televisión, mostrar el drama, realizar el show. Y el director (Leo Hurwitz) quiere saber quién es Eichmann, quién era ese hombre corriente que se convirtió en un monstruo. Busca una reacción, una emoción, algo que muestre al hombre. Pero Eichmann es impasible como si sólo quedara de él el monstruo.
La peli se me queda muy pequeña en comparación con la de Hannah Arendt. No es sólo su falta de profundidad. Es también un problema de recursos cinematográficos para mostrar el impacto que desearía haber mostrado.
Martin Freeman interpreta a Fruchtman con solvencia pero, ya sabes, todos preferiríamos que cuadrara su agenda con Cumberbatch y nos dieran algo nuevo de Sherlock.

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