Siempre es bueno que haya mal cine en la
cartelera. Si no hubiese mal cine, ¿cómo podríamos ver aquello que nos
perdimos?
Un joven informático, toda una promesa, es
invitado a una casa apartada en las montañas. Allí, bajo una seguridad extrema,
pasará el tiempo con el hombre que ha inventado la primera inteligencia
artificial llamada Ava. Se le pide que le aplique el test de Turing.
A grandes rasgos no hay mucha novedad en
esta Ex Machina. Pero es más
interesante por su minimalismo y por su planteamiento serio en general. Hay
mucha conversación acerca de cómo decidir si una inteligencia es libre,
consciente, o no. Diversos enfoques.
El jefe piensa formatear a Ava para pasar al
siguiente nivel, el joven informático cree que no se debe hacer, Ava quiere
salir al exterior y conocer mundo. Y ahí está el juego. Porque, es triste pero
es así, el mejor modo de saber si una inteligencia tiene conciencia y libertad
es su capacidad para mentir.
Poquita cosa pero, al menos, con planteamientos muy
sugerentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario