Es graciosa, no digo que no.
De hecho, algunos de los gags son
brillantes, muy divertidos y ocurrentes. Otros son referentes de clásicos
(incluido Chaplin). Hay humor de muchos niveles, pero asequible para
todo el mundo.
Ahora bien: la estructura de gags.
Eso pesa bastante, creo yo. La búsqueda del
granjero es la excusa para abarcar una trama general. Pero es búsqueda no deja de
ser una acumulación de gags. Cuando son tronchantes te lo pasas bien. Incluso
cuando no lo son tanto.
La cuestión es que ese esquema argumental,
en esta película, como en todas las demás que siguen ese criterio, acaba por
cansar un poco.
Capítulo aparte, desde un punto de vista técnico, es
la habilidad de la compañía Aardman para llenar de vida y expresividad a todos
esos muñequitos. Una genialidad.
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