-Ser sordo no es una minusvalía, es una
condición.
-Pero no es práctico para la política.
-¿Y Obama? ¿No es negro?
Paula es la voz de la familia en la
producción y venta de quesos de la granja familiar. Tiene que serlo porque papá
es sordomudo, mamá es sordomuda y el hermano es sordomudo. Pero Paula no sólo
no es sordomuda sino que canta maravillosamente.
Por supuesto ellos no entienden lo qué es
cantar, ni irse a París para cantar, ni qué importancia puede tener una bonita
voz. Hay una escena emocionalmente brutal: esa canción sin sonido, esa
interpretación no escuchada por los padres. Rodar eso y que funcione es
sensacional.
Y muy bonita la canción final (Je vole). Un canto de amor a los
padres cuando la hija debe dejar el nido.
Tiene sus tics franceses, su liberalismo (más sexual que económico en esta ocasión) de
apariencia y sus pequeñas manías. Pero al menos dejan aparcada a la burguesía
parisina y cuentan una historia muy humana, a veces sentimental, pero
generalmente bien contenida.
-¿Y ahora cantas? ¡Sólo faltaría que ahora fueras alérgica
a la leche de vaca!
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