Es una película difícil de realizar. Aunque Martin
Luther King sea el protagonista hay muchos personajes, muchas posiciones
intelectuales, muchas visiones políticas.
No hay profundidad en los personajes, pero
sí en el ambiente insostenible que se respiraba, un estado de ánimo, una
psicología colectiva.
Hay momentos emocionales, épicos, violentos,
de ira contenida, discursos fuertes, mucha tensión. Hay honor y mezquindad.
Selma es la población (50% de negros, sólo un 2% con derecho a voto) donde comienza
todo. La lucha por los derechos civiles. Tiempo de morir, tiempo de luchar. Y a
ella se suman los blancos: protestantes, católicos, ortodoxos…
Ava DuVernay, la directora, tiene
fuerza e intensidad. No le intimida la dispersión porque tiene muy clara la atmósfera.
La idea es más fuerte que las personas. Y en Selma consigue retratar esa alianza entre todas las facciones.
Y sí, Glory,
esa canción que se llevó el Oscar, un cruce de góspel y rap, es una pasada.
-Dios fue el primero en llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario