1981 fue el año más violento en la ciudad de
Nueva York. Abel (Oscar Isaac) tiene un negocio de transporte de
combustible. Intenta sacarlo adelante de la forma más honrada y trata bien a
sus empleados. Pero sus chóferes son asaltados, el fiscal la toma con él por
minucias, le niegan créditos, le acosan en su casa. La esposa de Abel, Anna (Jessica
Chastain), es hija de un mafioso de Brooklyn y piensa que es momento de
utilizar otros métodos más radicales.
Interesante película. Pausada cuando debe
serlo para presentar a los personajes, intensa en los momentos determinantes,
muy bien llevada en las escenas de suspense, sin tonterías.
Sospecho que sus productores y
distribuidores esperaban algo más de ella a la hora de las nominaciones a los
Oscar y que por ello no se ha estrenado hasta ahora. Pienso que es bastante
mejor que alguna otra que sí andaba allí y que se merece cierto reconocimiento.
Una historia de mafia narrada con sobriedad y
desde la perspectiva del hombre honrado, del inocente luchador. Una especie de Michael Corleone íntegro, El Padrino inverso, un tipo que sabe distinguir lo ilegal de lo inmoral.
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