Planteamiento muy sugerente: un tipo que
sufrió abusos sexuales de un cura, decide vengarse matando a un cura inocente.
Y se lo comunica a ese cura con una semana de antelación.
El director no sabe que el drama está en la
profundidad con que se analiza una situación. Piensa que el drama se consigue
por una acumulación de situaciones extremas. Y se dedica a presentar personajes
grotescos en situaciones extravagantes de los que no volvemos a saber. Ni el
cómo ni el porqué. Además, esa galería, provoca una sensación de sucesión de
cortometrajes con arritmia.
Ejemplo: Uno de los personajes se siente tan
abrumado por no practicar sexo que piensa en alistarse en el ejército para
matar a alguien. ¿En serio no se le ocurre nada mejor?
En general los críticos la califican muy
bien. Dicen que es ambiciosa. Yo creo que la palabra es arrogante. El director
tiene las cualidades de una Agatha Christie que hubiese decidido
escribir un libro sobre existencialismo. Ni siquiera la resolución del drama
principal tiene razón de ser.
Tampoco la metáfora del Calvario y el mal me
parece muy conseguida. No sé. Igual es que yo esperaba más. Una buena de Lars
von Trier o algo así.
Me aburrí muchísimo. Una peli con menos matices que
el salpicadero de un Seat Panda.
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