La película dura 3 horas y cuarto. En los
cines de la ciudad, para que les cuadraran los horarios, le pegaron un tajo de
45 minutos, así que prescindí de ver una versión recortada.
Hotel
Othello. Un lugar precioso en
Turquía, una construcción en la roca que parece un oasis, un momento detenido
en el tiempo, un lugar de paz y reposo.
Lo regenta Aydin, en otro tiempo mediocre
actor de teatro y hoy escritorzuelo para una gacetilla. Presenciamos primero su
opinión acerca de sí mismo. Su moralidad en su obrar. Y empezamos a percibir
fisuras en un hombre que parece íntegro y honesto.
Después conoceremos el punto de vista de la
hermana y de la joven esposa, muchos años menor que él. Y así nos adentramos en
su psicología, un acto de demolición implacable.
Aydin se revela como un ser egoísta,
despectivo, cínico. Un cretino pretencioso. Un tipo que se enorgullece de su
sabiduría y destruye a cuantos le rodean, buscando que se humillen ante él.
Paisajes alucinantes, guión basado en varios cuentos
de Chejov y una impresionante agudeza para el retrato de personajes. Una
película muy grande y no sólo en duración.
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