Bastante apañada para ser una peli bélica.
Ya sabes, muy previsible, soldados variopintos, cumplir una misión. El esquema
habitual.
Pero está muy bien rodada, con escenas
poderosas y una ambientación magnífica. La devastación, el sentimiento de
absurdo en el campamento, los refugiados, la brutal potencia de fuego que
supone el avance de un tanque, la muerte
dentro de un tanque, matar y rematar, la progresiva pérdida de moralidad, el
peor lado de cada persona.
El sargento Don tiene su tanque Fury. Fury
es su arma, su hogar, su misión y, finalmente, su última trinchera en la
estacada. Brad Pitt guiando a Shia LaBeouf, Logan Lerman, Michael
Peña.
Tiene mucho de épico pero también de excesivo. A ese
combate final le sobran muchos minutos. David Ayer dirige con vigor,
desde las vísceras, pero la épica debe tener también un equilibrio.
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