La muy borde y gótica Elizabeth/Daisy (Saoirse
Ronan) llega de Estados Unidos para pasar un tiempo con sus primos
británicos. Hay aires de guerra. De III Guerra Mundial.
Por supuesto las cosas se ponen chungas y toca
espabilar, chica.
Kevin McDonald
quiere contar una historia romántica de adolescentes que se evada de los
clichés habituales. Nada de esas cosas melosas y relamidas. Así que lo enmarca
en un entorno bélico duro y agresivo donde la prota se ve obligada a madurar a
todo trapo.
No tengo claro que consiga del todo su
objetivo. Lo mejor, sin duda, es ese viaje en solitario con su pequeña prima,
atravesando los peligros de la guerra. Pero no es muy original y ya está visto.
No es fácil cruzar el pastiche de babillas
de Moccia (Tres metros sobre el
cielo, Tengo ganas de ti, Perdona si te llamo amor) con la crudeza
seria de Cormac McCarthy (The Road).
Tú tienes todo el derecho del mundo a criticarle por intentarlo. A mí me lo
hizo soportable. Sin eso habría abandonado.
Me gustó la explosión nuclear percibida a
mucha distancia: el rumor, el viento, el silencio, la ceniza.
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