4/10/14

El veredicto

El comienzo es de una crudeza sorprendente. Más extraño aún por tratarse de una película de ideas, el cuestionamiento del Estado de Derecho. Pero es un comienzo necesario para dejar claras las cosas, el rigor de los hechos.
Un crimen evidente que queda en nada por un error de procedimiento. Unos poderes públicos que se lavan las manos. La impotencia de un hombre honrado que busca la justicia debida.
No me gustan las pelis de juicios porque Hollywood nos ha acostumbrado a lo sentimental. Pero en esta ocasión me encanta la precisión racional con que el protagonista, abogados, fiscales, desgranan los argumentos.
La cuestión de fondo es que la ley no tiene precedencia sobre todo lo demás, especialmente no tiene precedencia sobre la justicia. Esa idea tan simple es lo que no entienden los Estados positivistas en que vivimos. Sólo es necesario ponerse en los zapatos de Luc. ¿Por qué el sistema judicial es intocable? Gracias a los errores de procedimiento, el Estado se convierte en un socio de los criminales.
Hay muchísimas cuestiones a debatir en esta gran película. Y sí: me alegra un montón que alguien se atreva a hacer frente al Estado de Derecho.
Las interpretaciones son muy buenas, pero lo mejor es que ese veredicto, ese título de la película, es una elipsis magistral.
-¿Y si no quiero que todos ganen? ¿Si quiero que todos pierdan?

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