El maquinista de la
general es una peli deliciosa.
Siempre. Un tipo al que no admiten en el ejército confederado porque es
maquinista y piensan que, de ese modo, les ayuda mejor. Su novia opina que es
un cobarde.
Todo lo que puede dar de sí un tren, todos
los gags que puedas imaginar sobre unos raíles, están ahí. Desde Indiana Jones y el templo maldito a El llanero solitario pasando por lo
quieras, todas vuelven a las ideas que Buster Keaton dejó asentadas. Con
más efectos especiales y más velocidad aparente y todo eso, pero nada más.
Siempre he preferido a Buster Keaton sobre Chaplin.
Chaplin era un manipulador de sentimientos. Un genio, es verdad. Pero un
manipulador. Buster Keaton retrata gente normal y real y cuenta una
historia, con evolución de personajes. Cosas como el tren cayendo del puente
son casi impensables en aquella época. Y el último plano de El maquinista de la general es una
maravilla.
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