28/10/14

Dos días, una noche

Hay que votar: si reciben una paga extra de mil euros, Sandra estará despedida. Si renuncian a la extra, ella seguirá trabajando. Sandra tiene el fin de semana para intentar convencer a sus compañeros de trabajo de que voten por su permanencia. Está casada, tiene dos niños y a duras penas llegan a fin de mes.
La vida es fastidiada, está claro. Que alguien nos lo recuerde de vez en cuando, es bueno, aunque más discutible. Que automáticamente eso se convierta en una obra maestra, es distinto.
Me parece una buena peli. Otra sacudida social de los Dardenne. Pero no tiene ni los sentidos metafóricos de El niño de la bicicleta ni su fuerza cinematográfica. Es verdad que cada visita de Sandra a un compañero es una angustia, un dolor, una vergüenza, una esperanza inesperada. Duele, cabrea, a veces alivia.
Pero también es cierto que se vuelve repetitiva en ese ciclo.
Marion Cotillard está inmensa, arrolladora. Atrapa al espectador y le comunica toda esa congoja y desconsuelo.
Insisto: impactar sí que impacta. Pero no es una obra maestra del cine aunque sea muy interesante.

No hay comentarios: