Una de las cosas que tienen los festivales
como el de Sitges es que ahí cabe de todo. Y uno podría pensar que eso es
bueno. Pero no lo es. Las mamarrachadas de las galaxias más lejanas (muy
numerosas) se codean con cosas buenas (cero o una). Así que no compensa el
gasto. En mi opinión.
Tucker and Dale encima gana premios. Y, ojo, no es mala
peli. Es divertida, tiene algunos puntazos geniales (Dale yendo a ligar con la
chica guadaña en mano) y desmonta felizmente los topicazos de chavales universitarios
masacrados en una cabaña. Pero es que ya hay centenares de esas.
Universitarios cargados de prejuicios y dos
paletos que son buena gente. Los equívocos se suceden y los universitarios
empiezan a morir de formas estúpidas (y muy gore).
En fin, que una tontada simpática para pasar el rato
se llevó el premio a la mejor película. Eso dice mucho del nivel del festival.
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