-La diferencia entre una vez y nunca es el
mundo entero. La diferencia entre nunca y una vez es el Bien y el Mal.
La película es un ejercicio de estilo. Un
hombre en un coche. Nada más.
Él conduce. Recibe y hace llamadas de
teléfono. A través de esas llamadas descubriremos lo que ocurre y
presenciaremos cómo toda la vida del protagonista cambia durante el trayecto.
Lo que se nos cuenta es bastante sencillo.
Pero hay tensión, hay drama. En ningún momento se hace pesado y Steven
Knight se las apaña para que conozcamos bien a ese hombre y para que nos
interesemos por lo que le está pasando.
Me senté pensando en cómo iba a sobrellevar la
siguiente hora y media. Me levanté deseando que hubiese durado un poco más.
Buen trabajo el de Tom Hardy y el de esas voces que escuchamos (entre
ellas las de Olivia Colman y Ruth Wilson).
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