Robin Wright interpreta a Robin
Wright, la misma que hizo de Buttercup en La princesa prometida. Ahora no atraviesa el mejor momento de
su carrera. Todos los actores están siendo escaneados y digitalizados y a ella
le proponen lo mismo a cambio de que no vuelva a actuar nunca más. Los actores
ya no son necesarios.
Hasta aquí bien.
A los 45 minutos la peli cambia. Se
convierte en dibujos animados o en blanco y negro, han pasado 20 años y el cine
no tiene nada que ver con lo que conocemos hoy en día, el cine se ve tras la
inhalación de una droga que altera las percepciones del cerebro. Y ahora hay un
congreso donde las cosas van a cambiar aún más.
Y también se convierte en algo muy raro,
cada vez más surrealista, retorcidamente melancólico y un poco loco.
Además de ser bastante metacinematográfica,
tiene cosas buenas. Esa historia que el agente cuenta mientras la escanean y
ella va mostrando todas las emociones, desde la risa al llanto. O golpes de
humor curiosos como la peli en la que la chica está enfadada porque su marido
la engaña, pero más enfadada porque votó a Bush.
Pero es una peli para público excéntrico que
busque rarezas. Su verdadero problema es que no tiene un rumbo claro, un
propósito.
-Triple
R. Robin Robot Rebelde: La Guerrera.