Me recordó en ocasiones a Nuevo Mundo de Crialese.
Sobre todo al comienzo. Esa llegada de los inmigrantes a la aduana refleja, en
ambos casos, un mundo de humillaciones, injusticia y vergüenza.
Creo que la película necesitaba más espacios,
más ambientes. La calle, la vida cotidiana. Aunque tal vez lo que pretende es
eso: mostrar un mundo claustrofóbico, sin salida, reducido a unas pocas
opciones que impiden la libertad humana.
A mí me parece que, al reducir los
escenarios, al centrarse en interiores, le resta fuerza cinematográfica y casi
parece teatral.
El guión es poca cosa pero los intérpretes
principales le aportan mucha fuerza. Marion Cotillard, Joaquin Phoenix
y Jeremy Renner son los verdaderos constructores de la película.
Muy intensa la escena en que Cotillard
se confiesa y expresa toda la degradación de la prostitución:
-Vendo mi cuerpo. Por dinero. Dejo que me usen. Pero sigo con este hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario